EL AMOR  NO  REQUIERE  QUE  DOS   PERSONAS  SE  MIREN  ENTRE  SÍ.   PERO  SI,   QUE  MIREN JUNTOS  EN  LA MISMA DIRECCIÓN.

A. de Saint-Exupéry

 

   

 

 

Mi lucha

No, no os preocupéis, no os voy a hablar del famoso libro de A. Hitler, eso lo dejo para otros foros y/o grupos.

Os quiero hablar de la mía, la lucha que llevo conmigo misma desde hace ya tantos años, conviviendo con mi deseo de poder sacar al exterior mi parte más femenina, a esa mujer que llevo dentro.

En cualquier caso, seria imposible que en un artículo, cogiera toda una vida; pero creo que sí que puedo condensar cuestiones muy comunes a muchas de nosotras en unas pocas líneas.

Quizás una de las etapas mas felices (a parte de esta ultima), la tuve en mi infancia cuando descubrí que ponerme la ropa de mi hermana me hacia sentirme muy bien, muy a gusto de la imagen que yo sentía de mi misma. Claro, que a los 6 ó 7 años, una no es muy exigente y le pide muy pocas explicaciones a la vida. Pero la verdad, que en ese momento nunca tuve ningún sentimiento de culpabilidad, aunque como os podéis imaginar, si que sabia que lo que hacia solo lo podía saber yo.

Según fui creciendo, fue aumentando el grado de desazón por mis complejos de culpabilidad, al mismo tiempo que crecía mi satisfacción al verme vestida con ropa de chica. En este sentido, de los 16 a 20 años fue la peor época de esa “Lucha” con mi propia personalidad. Me case muy joven, y siempre oculte a mi mujer mis tendencias (primer error). Al cabo de 15 años de mentirme a mi misma por no poder tener la confianza con mi pareja, aquello se fue al traste, pues cuando se lo conté, lógicamente no lo entendió, como por otro lado era previsible; vino como consecuencia la separación, a partir de ahí, empecé a estudiarme a fondo, no quise ya, desperdiciar mas tiempo en sentirme culpable por algo que a esas alturas (increíblemente) aún no entendía bien.

Comencé entonces a ejercer activamente de travestí, ya pude salir a la calle vestida, conocí más gente con los mismos o similares sentimientos. Internet ha sido el arma imprescindible para comenzar esta localización de información y gente.

Es evidente, que en función del grado de necesidad de cada un@, sus necesidades psicológicas estarán cubiertas con diferentes puntos finales. Y esa lucha a la que aludía a principio será más o menos fuerte, y más o menos larga en el tiempo.

Al cabo de un año, de mi separación, comienzo otra relación con mi segunda mujer, pero en este caso no le oculto mi personalidad, hablo con ella, y la voy descubriendo un nuevo mundo, con una experiencia enriquecedora, donde ella será tan beneficiada como yo. Claro esta, que ella es una mujer abierta al dialogo y a comprender al otro/a, y además me quiere. No siempre todas las parejas de un travestí tienen la misma predisposición. Por eso, creo que hay que ser muy prudente cuando se recomienda a una de nosotras, contarle a su pareja toda la historia de nuestro travestismo.

Así, con ella, y su comprensión y ayuda, he llegado al sumun, si así se le puede llamar, de mi amor hacia lo femenino; voy descubriendo, cada día que mi travestismo no es nada malo ni perverso. Que cada día, mi Yo femenino va ganando con mas fuerza al Yo masculino. Veo con cierta preocupación, pero a la vez con gran fe en mi misma el poder afrontar un futuro lleno de posibilidades en ese desarrollo de mi feminidad, incluso el de poder llegar algún día a poder vivir con ella como travestí permanente, ¿porqué no?. Todo dependerá, claro de cómo vaya evolucionando la sociedad y su condena mediática hacía los travestís y el travestismo.

Y ese camino, que aun me queda por recorrer, afortunadamente (y eso espero) en compañía de ella; no hace sino confirmar que “mi lucha” no ha terminado. Llevo casi toda la vida luchando, para poder expresar a la mujer que llevo dentro, cada vez me siento más “mujer”, y cada vez veo que me falta mucho camino por recorrer. Pero seguiré luchando, como cada vez que salgo a la calle, encontrándome a la incomprensión de esta “tolerante” sociedad en la que nos ha tocado vivir. También tengo claro, que lo único que nos puede ayudar a todas ( y a nuestro movimiento) es la lucha individual que cada una consigo misma tenga, y la afronte con decisión y constancia . En función a como nos enfrentemos a esa lucha interna, así será más o menos el futuro de todas.

Carolina

 

 


 

 

 
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